Aulas de acogida

Cuando hablamos de educación inclusiva, la acogida afecta a todos, ya sean alumnos, padres o profesores. Si bien es cierto, la mayoría de las acciones por parte de la administración se han centrado en los alumnos, sobre todo en aquellos alumnos inmigrantes. En principio, las aulas de acogida están destinadas a cualquier alumno, pero especialmente a aquellos que se encuentran en condiciones de inferioridad, ya sean por diferencias en la lengua, diferencias culturales o desventajas sociales. De este modo, estas aulas de acogida sirven para favorecer la convivencia en los centros escolares, pues se trata de educar en valores y de enseñar procedimientos para resolver conflictos. Sin embargo, es importante resaltar que en las escuelas que se identifican como Comunidades de Aprendizaje y en aquellas que se trabajan desde la inclusión, no se habla de aulas de acogida pues para ellos la acogida a todos los alumnos es un principio básico.
Antes, mencionábamos que estos espacios de acogida resultaban indispensables para favorecer la convivencia y resolver conflictos, pero ¿qué entendemos por conflictos? «Desde el punto de vista social, el conflicto es una situación que implica dificultad o confrontación de intereses entre dos o varias personas. Sin embargo, en determinadas condiciones, puede conducir a la violencia, incluso en contextos como la escuela». Diremos pues, que el propio currículo educativo puede acarrear conflictos, desembocando en violencia. El currículo oficial supone una selección de contenidos culturales y toda selección, intrínsecamente, conlleva una omisión (Fernández Enguita, 1990) y que además representa una cultura «estándar». Lo mismo ocurre con los criterios de evaluación y con las metodologías empleadas, pues en ocasiones, las relaciones de poder y las cuestiones de equidad no convencen a los alumnos.
El Informe sobre la Violencia Escolar del Defensor del Pueblo (1999) evaluó el maltrato entre iguales en los centros de Enseñanza Secundaria españoles, concluyendo que las agresiones más frecuentes son las verbales, las cuales afectan a la tercera parte de los alumnos. De esta forma, se corroboran distintos tipos de violencia: violencia física, violencia verbal, y violencia social (como la exclusión).
Para erradicar esa violencia, Díaz Aguado(2005) habla de enseñar a resolver conflictos de forma constructiva (pensando, dialogando, negociando...) y de crear contextos normalizados.Un modelo para el tratamiento de este tema es el Enfoque Escolar Global (EEG) el cual supone la puesta en marcha simultánea en el marco escolar de programas curriculares de Resolución de Conflictos, programas de mediación entre compañeros, transformación de la relación pedagógica, intervención en el clima escolar, etc.
En conclusión, podemos afirmar que una vez detectados los problemas lo cual es una parte fundamental del proceso podemos proceder a la solución de los mismos, buscando respuestas que satisfagan a todos y que velen por una educación más justa y democrática, creando ciudadanos que respeten la diversidad y valoren las diferencias como fuente de enriquecimiento.

Fuentes de información
https://av01-17-18.uca.es/moodle/pluginfile.php/100284/mod_resource/content/1/Aspectos%20clave%20de%20la%20Educacion%20Inclusiva.pdf

Enlaces de interés:
https://www.youtube.com/watch?v=TsJpzLf5HwU 














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